Salimos de Valencia bajo un diluvio en dirección a Villena, lo que motivo que entráramos en el bus de estampida. Poco a poco, ya en camino, fueron desapareciendo las nubes y al entrar en el valle del Vinalopó una espesa niebla ocultaba el paisaje. ¿Qué nos depararía el día? Esperábamos que, como en la mayoría de las salidas de la asociación luciera el sol. Y… así fue al llegar a Villena lucía el sol y la temperatura era ideal. Al llegar a nuestro destino el sol lucía y la temperatura era ideal.

El primer lugar que visitamos fue el maravilloso castillo de la Atalaya, restaurado no hace muchos años, donde nos llama la atención la magnífica torre del Homenaje situada en el monte de San Cristóbal. Recorrimos las distintas estancias del castillo con el estupendo guía que tuvimos, al tiempo que pudimos apreciar las diferentes épocas constructivas. Muy curiosos los diferentes grafitis de distintas épocas, existentes en la sala que fue utilizada como prisión.


Terminada la visita al castillo recorrimos las calles del barrio antiguo hasta llegar a esa hermosa representación del gótico valenciano que es la iglesia Arciprestal del gótico Valenciano. Desde allí nos dirigimos al Museo donde se encuentran las replicas del Tesoro de Villena, que posee nada menos que 58 piezas de oro, así como de plata, hierro para dar lugar a pulseras, vasos, recipientes y anillos. Todo ello trabajado con gran esmero. El tesoro procede del Yacimiento arqueológico de Cabeza Redondo, un poblado perteneciente a la cultura Argárica.





No está nada mal, después de la intensa mañana, disfrutar, con los compañeros y compañeras del viaje, de una excelente y abundante comida.
Por la tarde, como final de esta salida, visitamos el yacimiento de Cabeza Redondo, situado en un cerro orientado a poniente, lo que nos llevó a disfrutar de unas bonitas vistas, más espectaculares debido a la luz de la tarde. Una de las cuestiones que llama especialmente la atención es tanto como que el poblado careciese de murallas defensivas así como la amplitud de las estancias habitables por los pobladores, grandes en comparación con la de otros poblados que hemos visitado.

Sin duda, y como resumen, un día perfecto por las cosas que hemos visto y por lo que hemos disfrutado: Villena y el poblado de Cabeza Redondo, bien merecen, por lo menos, una visita.
Escribe: María Puche
Imágenes: Jorge Alonso
Vídeo: Fina Morera