BICENTENARIO DEL PRADO
Este viaje, que debía ser el segundo que realiza nuestra Asociación en el presente curso, pasó a primer lugar, ya que la visita a Orihuela,programada para septiembre, tuvo que posponerse, debido a las inundaciones que hubo en Alicante a mitad del citado mes.
Nos trasladamos a Madrid en AVE, donde llegamos a media mañana. En la estación nos esperaba un autobús para llevarnos al hotel II Castillas, en el que nos alojamos todos los días. Debido a la céntrica situación del mismo, los desplazamientos los realizamos a pie. A pocos metros de nuestro lugar de hospedaje, se encuentra la administración de lotería doña Manolita, con largas colas durante el horario de apertura al público, a pesar de tener cuatro ventanillas abiertas. ¡Así, es preciso que reparta algún premio!.
Madrid tiene una amplia y variada oferta cultural que fue aprovechada por todo el grupo. Cada persona la dispuso a su gusto, además del encuentro con familiares y amigos.
Por la tarde visitamos la ermita original de San Antonio de la Florida. Posee una cúpula que domina el espacio central, pintada por Goya, y representa el Milagro de San Antonio. También son obra suya los frescos de encima de la cornisa. La tumba del artista se encuentra a los pies del presbiterio. El culto se trasladó en 1928 a un templo idéntico, situado al lado, que carece del interés de su homónimo.
Nos dirigimos al parque de la Montaña del Príncipe Pío, pasamos por el lugar donde están enterrados los 43 patriotas fusilados la madrugada del 3 de mayo de 1808, por las tropas francesas, hasta llegar al templo Debod. Regalo de Egipto a España por su colaboración en el salvamento del templo de Abu Simbel. Fue trasladado desde Nubia y reconstruido en este lugar. La última visita del día fue para nuestro grupo. Desde este parque pudimos ver una bonita puesta de sol que tiñó el conjunto de color dorado.
El segundo día lo dedicamos al museo del Prado, que el próximo 19 de noviembre cumple 200 años desde su apertura al público. Se notaba que estaban preparando el edificio para este acontecimiento. Aunque había mucha gente, entramos bastante rápido. La visita fue con audioguía y cada persona permaneció en el museo el tiempo que creyó conveniente. La última ampliación del museo, es el claustro de los Jerónimos, en el que confluyen diversas salas dedicadas a la escultura y exposiciones temporales, entre otros usos.
El jueves, tercer día de nuestra estancia en Madrid, lo dedicamos a conocer como era la villa en la época de los Austrias. La guía nos contó varias curiosidades, como que el reloj que da las campanadas cada fin de año, cumple el próximo 31 de diciembre 100 años; que la escultura del oso y del madroño, que representa las armas heráldicas de Madrid, es en realidad una osa, símbolo de la fertilidad; que las prostitutas, en época del primero Borbón, llevaban las enaguas de color amarillo para indicar su profesión; que a los nacidos en Madrid, de padres y abuelos madrileños se les llama ‘gatos’, y si sus ancestros son inmigrados ‘mininos’;… Visitamos la plaza Mayor, la catedral de la Almudena, el teatro Real, el monasterio de la Encarnación, la plaza de la Villa, el mercado de San Miguel,… aunque el día empezó con lluvia, cesó a lo largo de la mañana.
El viernes fuimos en autobús a San Lorenzo del Escorial para visitar su monasterio, que nació como convento de monjes de la orden de San Jerónimo, cuya iglesia sirviese como panteón para los padres del rey Felipe II, para él, su familia y sus sucesores. Cuenta además, con un palacio, una biblioteca, un seminario yun colegio. Nos dividieron en dos grupos debido a nuestro número. Cada guía llevo a unas veinte personas a recorrer todas las dependencias en una grata e interesante visita.
Al regreso a Madrid entramos en la basílica de San Francisco el Grande para conocer su cúpula, la más grande de España, que nos dejó impresionados, además de la riqueza artística que atesora en su interior, como la sillería de la capilla mayor y el altar con las cruces de las órdenes militares de la capilla dedicada a las batallas. Fue una visita guiada en la se nos explicó detalladamente el templo.
Nuestro último día en Madrid nos dirigimos al monasterio de las Descalzas Reales en el que teníamos reservada una visita guiada en dos grupos, pero nos dijeron que el ingreso que había hecho la agencia no era válido y que habíamos de abonar de nuevo el importe íntegro de las entradas, a lo cual nos negamos. Después un tiempo de negociaciones no se llegó a ningún acuerdo, debido a la actitud totalmente cerrada de la persona encargada de la taquilla. Pusimos una reclamación al monasterio que firmamos todos los asistentes.
Después de este desagradable incidente,conocimos la iglesia de san Antonio de los Alemanes, de reducidas dimensiones, forma elíptica y totalmente decorada en su interior. Nos repartieron unas hojas explicativas del templo. Está gestionada por la Hermandad del Refugio y la Piedad y tiene una pequeña cripta con una escultura del padre Poveda.
Por la tarde, dejamos un Madrid bastante agitado, debido a varias manifestaciones que se desarrollaban en sus calles y regresamos a Valencia en AVE. A pesar de todo el lio que había, nuestro grupo actuó muy bien y colaboró de forma extraordinaria, hasta el punto de recibir la felicitación del conductor del autobús, la guía y la Asociación. Al bajar del tren, nos dimos cuenta de que viajaba con nosotros el equipo del Valencia C.F. que regresaba de jugar un partido contra el Atlético de Madrid.
Texto y fotografía: Carmen Marco