Este ha sido un seminario para compaginar la experiencia de lo vivido con la trasformación del futuro.
La experiencia personal puede ser un vehículo de aprendizaje si somos capaces de ponerla en común, desmenuzarla y sacarle esa esencia vital que, sin duda tiene. Este seminario: Enseñar enseña, la escuela de lo inesperado, ha tratado de poner en primer plano la experiencia de años haciendo voluntariado para exprimir ese aprendizaje y desparramarlo sobre diferentes vertientes de nuestras vidas.
Así, partiendo de nuestra realidad social más vulnerable, y a través de distintas dicotomías básicas, que representan situaciones antagónicas, hemos tratado de poner el fiel de la balanza en la comprensión, la solidaridad, la empatía, los afectos, y la responsabilidad que todos tenemos en relación con el rumbo que está tomando nuestra sociedad.
La duda, la incertidumbre, la disyuntiva, no pueden ser elementos paralizadores. Es al revés, son piezas clave para construir un nuevo universo, una nueva pedagogía. Ahí, La escuela de lo inesperado, es un descubrimiento para construir no desde la certeza, sino desde la convicción.
La contraposición de ideas, el compromiso que supone el binomio aprender-enseñar, y la capacidad de aprender en cualquier situación, nos pueden ayudar a cambiar el mundo y recuperar la posibilidad de convivir y compartir el progreso.
Escribe: Rafa Rivera
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Muchas gracias y enhorabuena a Rafa Rivera por este taller en el que hemos reflexionado, aprendido y disfrutado.
Sirviéndonos de algunas de las palabras de sus dicotomías, podríamos decir que él es singular, especial, afortunadamente real y necesario. Y así ha sido este taller.
Muchas gracias Cristina! Asun