El sábado 29 de octubre a las
6.45 de la mañana, 52 puntualisimos viajeros, esperaban subir al autobús para
iniciar a las 7.00 un viaje por tierras de Castilla y Aragón. Caían unas
tímidas gotas de lluvia respetando nuestra salida (luego sabríamos que poco
después diluviaba sobre Valencia). A pesar de ello el bus nos recibía con la
música de Cantando bajo la lluvia.
6.45 de la mañana, 52 puntualisimos viajeros, esperaban subir al autobús para
iniciar a las 7.00 un viaje por tierras de Castilla y Aragón. Caían unas
tímidas gotas de lluvia respetando nuestra salida (luego sabríamos que poco
después diluviaba sobre Valencia). A pesar de ello el bus nos recibía con la
música de Cantando bajo la lluvia.
Un periodo de tranquilidad con
música relajante nos llevó después de una primera parada a Sigüenza, la primera
ciudad de nuestro recorrido. En nuestras manos una amplia hoja de ruta sobre
los sitios que íbamos a visitar. Luego en el bus alternamos música apropiada
para cada etapa con explicaciones sobre la historia y cultura de los lugares
por los que pasamos o visitamos.
música relajante nos llevó después de una primera parada a Sigüenza, la primera
ciudad de nuestro recorrido. En nuestras manos una amplia hoja de ruta sobre
los sitios que íbamos a visitar. Luego en el bus alternamos música apropiada
para cada etapa con explicaciones sobre la historia y cultura de los lugares
por los que pasamos o visitamos.
Recordando a los escritores que
anduvieron por estas tierras también nos acompañaron poemas y escritos de
Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego y Tirso de Molina (en
este último caso, sólo su recuerdo)
anduvieron por estas tierras también nos acompañaron poemas y escritos de
Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego y Tirso de Molina (en
este último caso, sólo su recuerdo)
La impresionante catedral (una más de las grandiosas con las que nos
encontraríamos en esos días) de Sigüenza fue nuestro primer destino con su
capilla donde está enterrado El Doncel, su claustro o su asombrosa sacristía de
las cabezas. Estupenda la visita guiada que realizó un argentino que a la vez compartía
el oficio de sacristán con el de explicarnos el lugar con infinidad de
detalles: esa ascensión a los cielos, por ejemplo, señalada por unos pies que
sobresalen en un arco.Y luego la ciudad con su calle mayor, que sale de la Plaza Mayor y por donde se
asciende al castillo y a su barrio judío con sus Iglesias y sus plazas.
encontraríamos en esos días) de Sigüenza fue nuestro primer destino con su
capilla donde está enterrado El Doncel, su claustro o su asombrosa sacristía de
las cabezas. Estupenda la visita guiada que realizó un argentino que a la vez compartía
el oficio de sacristán con el de explicarnos el lugar con infinidad de
detalles: esa ascensión a los cielos, por ejemplo, señalada por unos pies que
sobresalen en un arco.Y luego la ciudad con su calle mayor, que sale de la Plaza Mayor y por donde se
asciende al castillo y a su barrio judío con sus Iglesias y sus plazas.
Después de Sigüenza nos esperaba la visita al Monasterio de Santa María de la
Huerta, que posee el que quizá es el mejor refectorio de España. Allí
saboreamos una grata sorpresa: un concierto de guitarra de música medieval.
Huerta, que posee el que quizá es el mejor refectorio de España. Allí
saboreamos una grata sorpresa: un concierto de guitarra de música medieval.
Y otra sorpresa, una más de las muchas del día, nos esperaba en Almazán, lugar
donde muriera y está enterrado Tirso de Molina (Fray Gabriel Téllez), monje
mercedario y escritor: la ciudad pero sobre todo la Iglesia románica de San
Miguel y las maravillosas vista al Duero.
donde muriera y está enterrado Tirso de Molina (Fray Gabriel Téllez), monje
mercedario y escritor: la ciudad pero sobre todo la Iglesia románica de San
Miguel y las maravillosas vista al Duero.
Desde aquí a Soria, que bien
merecido teníamos el llegar a nuestro destino. Allí nos acogería un estupendo
hotel, el mejor de la ciudad después del Parador, con sus habitaciones
franqueadas por un salón.
merecido teníamos el llegar a nuestro destino. Allí nos acogería un estupendo
hotel, el mejor de la ciudad después del Parador, con sus habitaciones
franqueadas por un salón.
El día siguiente, domingo 30, por
la mañana lo dedicamos a Soria. Primero fuimos a saludar al padre Duero,
contemplar el claustro de San Juan del Duero, pasear desde San Polo a San
Saturío por el camino que tantas veces realizó Machado, después visitamos la
Concatedral de San Pedro y su hermoso claustro, el Palacio de los Gomará, el
antiguo convento de la Merced, Santo Domingo y la Plaza Mayor donde saludamos a
ese reloj de la antigua audiencia “que da la una”.
la mañana lo dedicamos a Soria. Primero fuimos a saludar al padre Duero,
contemplar el claustro de San Juan del Duero, pasear desde San Polo a San
Saturío por el camino que tantas veces realizó Machado, después visitamos la
Concatedral de San Pedro y su hermoso claustro, el Palacio de los Gomará, el
antiguo convento de la Merced, Santo Domingo y la Plaza Mayor donde saludamos a
ese reloj de la antigua audiencia “que da la una”.
Por la tarde nos esperaría Numancia.
Allí un expertísimo guía nos descifró los misterios que oculta la ciudad
indómita. Una tarde maravillosa en la que desde el alto cerro divisábamos los
Picos de Urbión, donde nace el Duero, o los Montes del Moncayo. Días antes, nos
diría el guía, en aquel alto soplaba el cierzo. Pocos días después de dejar
aquellas tierras volvería el frío y el viento sobre la zona.
Allí un expertísimo guía nos descifró los misterios que oculta la ciudad
indómita. Una tarde maravillosa en la que desde el alto cerro divisábamos los
Picos de Urbión, donde nace el Duero, o los Montes del Moncayo. Días antes, nos
diría el guía, en aquel alto soplaba el cierzo. Pocos días después de dejar
aquellas tierras volvería el frío y el viento sobre la zona.
Aún a la vuelta a Soria pudimos conocer la Iglesia (como no, románica) de San
Juan de Rabanera o el monasterio de Nuestra Señora del Espino donde al lado
aparece (con el poema correspondiente) el olmo que cantará Machado. Algunos
incluso entrarán en el cementerio colindante para descubrir la sepultura de
Leonor, la mujer de Antonio Machado, o para subir al alto donde se situó el
castillo de la ciudad. O (¿por qué no?) perderse por El tubo o las calles
cercanas para tomar excelentes tapas regadas con vino del Duero.
Juan de Rabanera o el monasterio de Nuestra Señora del Espino donde al lado
aparece (con el poema correspondiente) el olmo que cantará Machado. Algunos
incluso entrarán en el cementerio colindante para descubrir la sepultura de
Leonor, la mujer de Antonio Machado, o para subir al alto donde se situó el
castillo de la ciudad. O (¿por qué no?) perderse por El tubo o las calles
cercanas para tomar excelentes tapas regadas con vino del Duero.
El 31 nos recibieron Tarazona, el
Monasterio de Veruela y Borja en tierras aragonesas: Día también de una hermosa
“celebración” por la que todos
brindamos en la comida (abundante) de Borja junto a jotas y poemas dedicados
por los viajeros. Tarazona es una ciudad curiosa que posee una monumental
catedral, un hermosísimo ayuntamiento, unas Iglesias lanzadas al aire con sus
altísimas torres mudéjares y una original plaza de toros, toda ella con casas
adosadas.
Monasterio de Veruela y Borja en tierras aragonesas: Día también de una hermosa
“celebración” por la que todos
brindamos en la comida (abundante) de Borja junto a jotas y poemas dedicados
por los viajeros. Tarazona es una ciudad curiosa que posee una monumental
catedral, un hermosísimo ayuntamiento, unas Iglesias lanzadas al aire con sus
altísimas torres mudéjares y una original plaza de toros, toda ella con casas
adosadas.
En el Monasterio de Veruela, donde pasaran largas temporadas los Hermanos
Bécquer y donde Gustavo Adolfo escribiera varias de sus leyendas así como Cartas desde mi celda, una expertísima
guía nos adentro por el edificio medieval dándonos a conocer no solamente su
historia sino también la vida y costumbre de los monjes que lo habitaron. Al
terminar la visita pudimos acercarnos al museo del vino y es que en esa zona se
produce el buen vino, con denominación de origen, de Borja, donde se envasan
más de seis millones de botellas al año.
Bécquer y donde Gustavo Adolfo escribiera varias de sus leyendas así como Cartas desde mi celda, una expertísima
guía nos adentro por el edificio medieval dándonos a conocer no solamente su
historia sino también la vida y costumbre de los monjes que lo habitaron. Al
terminar la visita pudimos acercarnos al museo del vino y es que en esa zona se
produce el buen vino, con denominación de origen, de Borja, donde se envasan
más de seis millones de botellas al año.
Borja, ante tanta maravilla, nos
supo a poco. Allí, eso sí, vivimos el inmediato Hallowen ante la presencia de
niños y niñas que en gran número se encontraban vestidos con indumentarias
propias del día (brujitas, esqueletos, fantasmas…)
supo a poco. Allí, eso sí, vivimos el inmediato Hallowen ante la presencia de
niños y niñas que en gran número se encontraban vestidos con indumentarias
propias del día (brujitas, esqueletos, fantasmas…)
La noche nos deparaba una grata
sorpresa. Desde la plaza de Bécquer cercana al hotel se organizó una procesión
conmemorativa del día de los santos y de los difuntos en honor del escritor.
Música, y una de sus leyendas, El Monte
de las ánimas, que trascurre en Soria (en el trayecto a Veruela había sido
leída en nuestro bus) iba siendo recitada a lo largo del camino que conducía al
Duero.
sorpresa. Desde la plaza de Bécquer cercana al hotel se organizó una procesión
conmemorativa del día de los santos y de los difuntos en honor del escritor.
Música, y una de sus leyendas, El Monte
de las ánimas, que trascurre en Soria (en el trayecto a Veruela había sido
leída en nuestro bus) iba siendo recitada a lo largo del camino que conducía al
Duero.
El día 1 nos despedíamos de Soria,
que parecía llorar por nuestra ausencia: pequeñas gotas de lluvia nos decían
adiós. La música de Cantando bajo la
lluvia volvía a sonar mientras nos trasladábamos a El Burgo de Osma. En
esta ciudad se sienten sus habitantes tan orgulloso de ella, que todo es lo
mejor de lo mejor, se encuentra entre las tres o cinco mejores cosas de España
como, por ejemplo, su, eso si, inmensa y robusta catedral o su antigua
Universidad. Para proclamarlo el guía de la catedral, el inefable Paco
Francisco, era único. Bella ciudad con restos de su antigua muralla (como
Almazán, Sigüenza, Soria), calles y plazas aportaladas junto a casas nobles y
bellos palacetes.
que parecía llorar por nuestra ausencia: pequeñas gotas de lluvia nos decían
adiós. La música de Cantando bajo la
lluvia volvía a sonar mientras nos trasladábamos a El Burgo de Osma. En
esta ciudad se sienten sus habitantes tan orgulloso de ella, que todo es lo
mejor de lo mejor, se encuentra entre las tres o cinco mejores cosas de España
como, por ejemplo, su, eso si, inmensa y robusta catedral o su antigua
Universidad. Para proclamarlo el guía de la catedral, el inefable Paco
Francisco, era único. Bella ciudad con restos de su antigua muralla (como
Almazán, Sigüenza, Soria), calles y plazas aportaladas junto a casas nobles y
bellos palacetes.
El final lo marcaría la antigua (en pleno campo) Iglesia de San Baudelio o San
Baudilio, expoliada en el pasado por los propios lugareños, que la utilizaban,
además, como establo, hechos que Gerardo Diego recordaría en uno de sus poemas.
Baudilio, expoliada en el pasado por los propios lugareños, que la utilizaban,
además, como establo, hechos que Gerardo Diego recordaría en uno de sus poemas.
Hermosa ciudad la de nuestra despedida, Berlanga del Duero, con sus murallas y
su castillo. En la visita a San Baudelio y Berlanga del Duero contamos con un
excepcional guía, el catedrático jubilado de la Universidad de Valladolid,
Agustín Escolano (autor, además, de un libro sobre San Baudelio) , director del
aula taller de Berlanga, junto a su mujer, Purificación Lahoz. Todo un lujo
su castillo. En la visita a San Baudelio y Berlanga del Duero contamos con un
excepcional guía, el catedrático jubilado de la Universidad de Valladolid,
Agustín Escolano (autor, además, de un libro sobre San Baudelio) , director del
aula taller de Berlanga, junto a su mujer, Purificación Lahoz. Todo un lujo
No hay tiempo para más. Tampoco
ha llovido en toda la visita del día, la temperatura ha sido excelente, la
camaradería entre los viajeros no ha podido ser mejor. ¿Qué más se puede pedir?
En el viaje de vuelta, con nuestro conductor Facundo, devolviendo a Valencia
raudos y veloces para llegar antes que los aficionado al fútbol salieran del
partido de Mestalla de la Champion, se nos ofrecieron dos películas de Audrey
Hepburn.
ha llovido en toda la visita del día, la temperatura ha sido excelente, la
camaradería entre los viajeros no ha podido ser mejor. ¿Qué más se puede pedir?
En el viaje de vuelta, con nuestro conductor Facundo, devolviendo a Valencia
raudos y veloces para llegar antes que los aficionado al fútbol salieran del
partido de Mestalla de la Champion, se nos ofrecieron dos películas de Audrey
Hepburn.
Se me olvidaba, tuvimos la suerte
de contar con nosotros a lo largo de todo el trayecto con una guía acompañante
tan experimentada como Lidón. Solicita, resolviendo cualquier problema,
repartió oficio, juventud y simpatía a lo largo de este maravilloso viaje.
de contar con nosotros a lo largo de todo el trayecto con una guía acompañante
tan experimentada como Lidón. Solicita, resolviendo cualquier problema,
repartió oficio, juventud y simpatía a lo largo de este maravilloso viaje.
(Fotografías: Guillermo Escolona y Elvira Ramos)