Ha sido muy satisfactoria esta historia, a pesar de la tecnología. El tema es apasionante, novedoso y trata de desarrollar una idea que me rondaba por la cabeza, a modo de instrumento (o metodología, o manera de hacer las cosas) que es aplicable a todos los campos. Algo así como la norma de la acentuación, que sirve para cualquier palabra, o el sistema métrico que sirve para cualquier cantidad. Eso sí, ser modern@s no es tan rígido, porque da pie a la interpretación de cada cual. Eso, lejos de ser un problema, es una virtud, la flexibilidad, que pocas veces se enseña en las aulas. Creemos que la rigidez es sinónimo de convicción y, con frecuencia, es la revés, solo es sinónimo de miedo, miedo a perder los principios, a aparecer como débil, a desorientarnos.
El interés de los que habéis asistido al taller, y vuestra amabilidad, ha sido un acicate, un estímulo añadido para buscar todo aquello que adereza la idea central, y la hace interpretable para cada un@. Por eso dije que nada de lo dicho “era verdad, ni siquiera mentira”, solo era opinión., que es una palabra (y un concepto) preciosa.
Ver todas las caras allí, cada una en su cuadradito, en la pantalla, me hacía ver que no estaba solo delante del monitor, sino conversando acerca de otra manera de ver el mundo. Entre amigos.
(Texto e imágenes: Rafa Rivera)
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Valientes! Adelante.
Buenas reflexiones