Para el primer viaje de este curso hemos elegido una zona en la que estuvieron muy presentes las órdenes de caballería, sobre todo los templarios, y que, por su situación estratégica, tuvieron relevancia en la época que España y Portugal se disputaban el dominio de estas tierras. Sus fortificaciones están muy bien conservadas y algunas de ellas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Como novedad diré que fuimos la mitad de personas que suele viajar habitualmente. Acostumbrados a que el autobús vaya lleno, se nos hizo un poco extraño, pero tras la experiencia, nos dimos cuenta que es el número ideal para hacer un viaje. La guía acompañante resultó ser bastante floja, hemos tenido varias y han sido todas mucho mejores. Los guías locales, por el contrario, fueron todos buenos profesionales. Nos hospedamos en Badajoz ya que se hacía menos kilometraje, pero hubiera sido más interesante, desde el punto de vista turístico, habernos quedado en Mérida.

Fuimos hasta Sevilla con el AVE, allí nos esperaba un autobús, cuyo conductor, muy solícito, nos acompañó durante todo el viaje. A mitad camino hacia Badajoz, paramos en Calera de Leónpara conocer el Monasterio de Tentudía. Una interesante iglesia-fortaleza del siglo XIII, construida para dar gracias a la Virgen tras ganar una batalla a las tropas musulmanas.

El primer día visitamos Estremoz, en Portugal, que conserva su fortaleza medieval y su muralla. En el castillo, donde hoy se encuentra el Parador, vivió y murió Isabel de Aragón, la reina blanca, esposa del rey Don Dinis, y que tiene una estatua delante del mismo. Era día de mercado, una especie de rastro de grandes dimensiones.

Por la tarde conocimos la fortaleza de Nuestra Señora de Gracia, una impresionante construcción, con forma de estrella, del siglo XVIII situada en Elvas con capacidad para 3.600 soldados. Subimos hasta el castillo islámico, reconstruido en el siglo XIII. En este viaje, la característica común han sido las cuestas. Hemos fortalecido las piernas.

La visita a Mérida solo la pudimos disfrutar a medias, a causa de la lluvia. A media tarde comenzó a llover intensamente y tuvimos que regresar a Badajoz. Primero hubo una panorámica del circo y el acueducto. A continuación conocimos el anfiteatro y el teatro, donde comenzó a llover. Como era domingo y los museos cierran por la tarde, nos dieron tiempo libre para visitar el museo, pero no llegamos a ver la alcazaba. Tras la comida, bajo los paraguas, y por nuestra cuenta, vimos lo que pudimos, porque la lluvia iba cogiéndose cada vez más fuerte. Fue nuestro día de mala suerte.

Al día siguiente fuimos a Jerez de los Caballeros, llamada así porque estuvieron allí los caballeros Templarios y después, los de Santiago. Conocimos los templosmás antiguos. Algunos subimos a la torre de la iglesia de San Miguel, cuyo acceso es mediante una rampa. Quisimos hacer sonar la campana pero no fue posible porque estaba bloqueada. Las vistas desde lo alto, merecieron el esfuerzo realizado.


En Fregenal de la Sierra, por nuestra cuenta, conocimos el castillo, que tiene la plaza de toros y el mercado de abastos en la plaza de armas. Es una forma de darle utilidad el recinto. Fregenal es una pequeña localidad que ha sido cuna de personajes de la talla de Benito Arias Montano y Juan Bravo Murillo.

El martes volvimos a cruzar la frontera con Portugal para visitar Évora: su templo romano donde nos hicimos una foto de grupo; su catedral, del siglo XIII, de grandes dimensiones, tiene una imagen de la Virgen embarazada; la iglesia de San Francisco con su capilla de los huesos, un lugar que impone respeto. En la plaza del Giraldo hay una librería fundada en 1897 por dos franceses, que es la más antigua de este lugar.
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Por la tarde estuvimos en el colegio del Espíritu Santo, fundado en el siglo XVI, que es la segunda universidad más antigua de Portugal, todavía en funcionamiento. Vimos algunas aulas decoradas con azulejos con motivos alusivos a las materias enseñadas. Nos hubiera gustado fotografiarnos en las aulas pero había clases y estaban ocupadas.

Los Llanos de Olivenza, así llamada porque está en llano, cosa rara en esta zona, es una ciudad típica medieval, cuadrada, con cuatro puertas de acceso. De sus cuatro recintos amurallados, conserva el primero y el último. El alcázar acoge parte del museo etnográfico. En la iglesia de Santa María del Castillo destaca un retablo del Árbol de Jesé. Muchos compraron aquí el dulce típico de Olivenza, la TéculaMécula.

En Alconchel, el castillo musulmán de Miraflores, estaba cerrado. Situado en lo alto de un cerro, un lugar estratégico desde el que se domina una gran superficie de terreno a su alrededor. En él se encuentra el Centro de Interpretación de las fortificaciones de la zona y alberga convenciones, congresos y exposiciones.

El día de regreso a Valencia, en Fuente de Cantos, estaba previsto visitar los yacimientos arqueológicos de los Castillejos. Desconocemos el motivo por el que nos los cambiaron para conocer dos lugares sin interés.

Termino compartiendo un texto de José Saramago muy apropiado para la ocasión.
El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vio de noche, con el sol lo que antes se vio bajo la lluvia, ver la siembra verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba. Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino.
(Escribe e imágenes: Carmen Marco)