¡¡ FELICES AÑOS VEINTE !!
Celebramos la llegada de los años veinte del siglo XXI, en la región de la Puglia, conocida como el tacón de la bota de Italia. Este territorio, a pesar de tener muchos lugares de interés artístico, ha despertado al turismo hace poco tiempo. Este, ha sido el cuarto viaje que ha realizado nuestra asociación por fin de año y el más concurrido, con 45 personas, siendo imposible atender la gran demanda que hubo. Nos hospedamos todas las noches en el céntrico hotel Oriente, de Bari, al lado del teatro Petruccelli.
Salimos un domingo, a primera hora de la mañana en vuelo directo desde Valencia, y a las 12 ya estábamos en Bari. Nos dirigimos a Trani, que floreció durante los siglos XI y XII, su periodo de decadencia fue en los siglos XIV y XV debido a la persecución de los judíos, y se recuperó, en parte, con la llegada de los Borbones. Una bonita ciudad, que disfrutamos poco debido al fuerte viento helado que hacia ese día. Al ser domingo, habían pocos bares abiertos, con lo que nos dividimos en grupos para comer. Por la tarde, a pesar de que llovía agua-nieve, visitamos el Castel di Monte, del siglo XIII, restaurado en el siglo XX, de planta octogonal, con torres en sus esquinas.
El lunes lo dedicamos a Bari, capital de la región, que cuenta con una larga historia debido a su situación estratégica. Aunque seguía soplando un frio viento, no llovía. La visita guiada por las estrechas calles del centro histórico, fue a pie. Estuvimos en la concurrida basílica de San Nicolás, construida para albergar los restos del santo y lugar de peregrinaje, en su cripta hay dos altares, uno para ritual católico y otro para ritual ortodoxo.A San Nicolás se le representa vestido con casulla verde, mientras que su consecuente,Santa Claus, va de rojo y blanco, que son los colores de la bandera de Bari. Vimos la catedral, dedicada a san Sabino, cuyos restos se guardan en la cripta. Después de comer tuvimos tiempo libre, que utilizamos para ver la ciudad iluminada, pues a las cinco ya es de noche, y decorada con motivos navideños.
El martes nos dirigimos hacia Matera, conocida como la ciudad de la piedra, donde Pasolini rodó su película Evangelio según san Mateo y Mel Gibson, La pasión de Cristo. Conocimos la Cripta del Pecado Original, del siglo IX, que conserva un conjunto de frescos paleocristianos que recrean escenas bíblicas, especialmente de la Creación. Comimos en uno de los múltiples Sassis, o casas escavadas en la roca, que hay en Matera. Por la tarde tuvimos visita guiada por esta curiosa ciudad y entramos en varias de sus iglesias rupestres.
Ya anochecía cuando regresamos a Bari, donde llegamos con el tiempo justo para arreglarnos para celebrar la nochevieja. La cena de fin de año fue en la terraza de un hotel de la misma cadena del que estábamos hospedados, situado a pocos minutos del nuestro, que ofrecía una preciosa panorámica de la ciudad iluminada. El ágape comenzó con un coctel en la planta baja, para subir después al comedor donde fuimos muy bien atendidos.Tuvimos una buena cena con música en directo, y para terminar, nos sirvieron uvas y lentejas. En Italia no escuchan las campanadas, a las doce brindan con cava, se felicitan el nuevo año y disparan fuegos artificiales, que disfrutamos desde la terraza. La fiesta posterior estuvo floja, los únicos que teníamos ganas de divertirnos éramos nosotros, solo se nos unió un grupo reducido de italianos.
El primer día del año fuimos a Alberobello, pequeña ciudad famosa por los trullis, casas de campesinos hechas de piedra, de fácil demolición, para evadir los impuestos en caso de inspección. Fue la localidad más fotografiada de todo el viaje. Visitamos el trullo soberano y vimos como son en su interior. Estas peculiares construcciones del siglo XVI, están por todo el valle y, en este pintoresco entorno, nos hicimos la foto de grupo. En la actualidad viven en los trullis solo una pequeña parte de la población, la mayoría están dedicados al turismo, con tiendas de artesanía local y hostelería. Por supuesto que nuestra comida de ese día fue en uno de estos restaurantes.
Por la tarde estuvimos en Ostuni, conocida como la ciudad blanca por el color de sus casas que recuerdan los pueblos andaluces, aunque a sus fachadas les hacía falta una nueva capa de cal. Su centro histórico es un laberinto de callejuelas levantadas sobre tres colinas. Desde un mirador, situado en lo alto de una colina pudimos ver el mar. En periodo estival, esta pequeña localidad, triplica su población debido a la limpieza de sus aguas. La catedral conserva en su interior, valiosas pinturas del siglo XVIII. No hubo tiempo para visitar Martina Franca, que quedó pendiente para otra ocasión.
El jueves fuimos a Lecce, considerada una joya del barroco, la Florencia del sur, por la gran cantidad de monumentos importantes que tiene. Es la segunda provincia más poblada de Apulia. Esta ciudad tuvo dos periodos florecientes, en época romana y durante el siglo XV, que dos de sus familias la transformaron. Florecieron las artes y las ciencias y el resultado de este progreso es el barroco lecces, muy decorado, a base de piedra calcárea, fácil de trabajar.Tuvimos una visita guiada que duró toda la mañana, para conocer sus múltiples edificios religiosos, la Catedral con su decorado rosetón, el Palacio del Seminario, varias iglesias,… el anfiteatro romano, el castillo de Carlos I,… después de la comida, sobre las cuatro de la tarde, regresamos a Bari a preparar las maletas y dar nuestro último paseo por la ciudad.
El viernes tuvimos que madrugar, nos abrieron el comedor a las seis para desayunar, y tras un vuelo sin novedades, a las doce de mediodía ya estábamos en Valencia, que nos recibió con frio. Pasamos unos días muy agradables en Italia, solo llovió la primera jornada, y aunque estábamos un poco cansados, pensábamos en el siguiente viaje.
(Escribe y fotografía: Carmen Marco)
One Comment
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Muy bien Carmen, has hecho un resumen estupendo. Gracias!!!!!
Nieves