El pasado día 27 de
Abril se realizó una salida cuyo objetivo era visitar el poblado ibérico de Castelar de la Meca. El viaje tuvo una
parada intermedia para recorrer el recinto ibérico amurallado de la Bastida de les Alcuses en el término
municipal de Moixent. Visita enriquecida por las amplias, documentadas y
aclaratorias explicaciones del guía oficial que nos puso al corriente de la
historia y manera de vivir de aquella
población unos 300 años a. de
C.
Abril se realizó una salida cuyo objetivo era visitar el poblado ibérico de Castelar de la Meca. El viaje tuvo una
parada intermedia para recorrer el recinto ibérico amurallado de la Bastida de les Alcuses en el término
municipal de Moixent. Visita enriquecida por las amplias, documentadas y
aclaratorias explicaciones del guía oficial que nos puso al corriente de la
historia y manera de vivir de aquella
población unos 300 años a. de
C.
Posterior desplazamiento
hasta la localidad de Alpera, más
allá de Almansa, donde comimos los
productos propios de la tierra: jamón, queso, gazpacho manchego, cordero. Sirvió para adquirir fuerza para ascender al cerro de Mugrón donde se encuentra el poblado
ibérico de Castelar de la Meca declarado B.I.C en 1931.
hasta la localidad de Alpera, más
allá de Almansa, donde comimos los
productos propios de la tierra: jamón, queso, gazpacho manchego, cordero. Sirvió para adquirir fuerza para ascender al cerro de Mugrón donde se encuentra el poblado
ibérico de Castelar de la Meca declarado B.I.C en 1931.
Subida realizada por lavía directa en donde se puso a prueba la “preparación”, nivel físico, las
habilidades trepadoras, espíritu de sacrificio, la enorme voluntad y empeño de los participantes
para cubrir el objetivo de alcanzar la
cima. Una vez lograda la cumbre nos percatamos de la importancia del poblado
que llegó a tener más de 1000 habitantes. Su gran extensión. Los impresionantes
restos de aljibes tallados en la roca. Unas estupendas y espectaculares vistas
de los llanos circundantes.
Lo más
llamativo es el denominado Camino Hondo por donde realizamos el descenso
serpenteando el citado cerro. Extraordinaria “obra de ingeniería” del S.VI a.de C. Mayormente tallado en roca viva,
en donde se pueden comprobar las huellas
de las ruedas de los carros, los huecos de las cavidades para asentar las
pezuñas los animales y los agujeros en las paredes para colocar travesaños a fin de frenar el retroceso del
carro en la pendiente. Algo único y sorprendente.
llamativo es el denominado Camino Hondo por donde realizamos el descenso
serpenteando el citado cerro. Extraordinaria “obra de ingeniería” del S.VI a.de C. Mayormente tallado en roca viva,
en donde se pueden comprobar las huellas
de las ruedas de los carros, los huecos de las cavidades para asentar las
pezuñas los animales y los agujeros en las paredes para colocar travesaños a fin de frenar el retroceso del
carro en la pendiente. Algo único y sorprendente.
El final del
descenso y posterior subida al bus sirvió para agradecer el descanso durante el
regreso a Valencia después de un día de enriquecimiento y curiosidad cultural
no exento de un emocionante esfuerzo físico.
descenso y posterior subida al bus sirvió para agradecer el descanso durante el
regreso a Valencia después de un día de enriquecimiento y curiosidad cultural
no exento de un emocionante esfuerzo físico.
Texto y fotos de Pascual Porcar (Foto del Grupo Victoria Heernández)
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