Imaginamos un horno, casa de un pintor, de un ceramista, el horno, el palacio y un lugar de culto.
Barranc d’Aiguadoliva.
Aquí el grupo se dividió, la mayoría optó por el autobús a la hora de regresar a Benicarló. Los demás nos fuimos caminando con José Manuel por el barranco entre Vinaroç y Benicarló.
Paseo tranquilo, en un espléndido y radiante día que nos permitió conocer más de cerca el nombre y las aplicaciones de muchas plantas gracias a nuestro ilustrado guía.
Zarzaparrilla,
lentisco, romero, tomillo, mirto, carrasca, espárragos silvestre, humildes narcisos, y muchas plantas más que por no llevar boli y papel no recuerdo.
Y a medida que nos acercábamos al final, más cerca del mar, la vegetación también fue cambiando.
Después de una breve sobremesa, visitamos en la iglesia parroquial, la exposición La Luz de la Imágenes, que recorrimos en dos grupos atentos a las eruditas explicaciones de las dos magníficas guías.
El día terminó, algo cansados, con bajada de temperaturas pero con la sensación de haber disfrutado del paisaje y de la compañía de unos buenos amigos y amigas.